Casi de Verdad

Ulises, el perro de Clarice, disfruta de ladrar historias. Por suerte, ella entiende los ladridos de su mascota y los transcribe. Así conocemos el relato de lo sucedido en un corral en que cada gallo/gallina tiene un nombre que comienza con O (por la palaba «ovo», huevo en portugués) y continúa con otras letras (por gusto). En dicho corral hay también una higuera. Tras una crisis existencial que desemboca en envidia, la higuera pone a las gallinas a producir huevos sin parar, para venderlos y enriquecerse. Mediante esta divertida historia, interrumpida de vez en cuando por el canto de un pájaro, conocemos la capacidad de fabular de la mascota de una de las mejores escritoras del Siglo XX. La ilustración de las guardas está cuidadosamente escogida: es un elemento central del relato. El resto de dibujos son simples pero bonitos, aunque la calidad de imagen es lamentable.